El poeta es un fingidor. Finge tan completamente que hasta finge que es dolor el dolor que en verdad siente, Y, en el dolor que han leído, a leer sus lectores vienen, no los dos que él ha tenido, sino sólo el que no tienen. Y así en la vida se mete, distrayendo a la razón, y gira , el tren de juguete que se llama corazón.
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