domingo, 31 de agosto de 2014
AL MAL TIEMPO, NUEVA CARA
Le quise desde que le vi. Era rubio, con unos enormes ojos castaños y una mirada dulce. Siempre sonreía, así que me tenía encandilada. Se llamaba José Carlos. Nunca olvidaré las horas que pasé con él, nuestros juegos...
Un día, Ana –aquella vecina repelente del cuarto- le arrancó su hermosa cabeza de porcelana. Le lloré muchísimo, pero al fin hube de sobreponerme. Ayudó que poco después “los Reyes” me trajeron una muñeca Cleo (la de los Telerines).
No sentí que fuese una traición, al fin y al cabo los amores, a los 8 años, casi nunca son eternos.
Sofía B. (De: Refranero a la carta) ©
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