Noche calma,impregnada
de aromas a tomillo y romero.
Bajo la luna clara,
me tiendo sobre la hierba,
los labios entreabiertos,
húmedos de rocío
y los ojos clavados en el cielo
en busca de una NOVA
a la que dar tu nombre.
Serena. Anida la paz en mi alma.
Los ojos se entrecierran
en duermevela. No pesa el aire
y apenas se balancean las ramas.
El río próximo, tintineante,
levemente acariciado
por los rayos dorados de la luna,
hace ecos que van salpicando
y se entremezclan con sonidos,
murmullos apenas audibles,
indefinidas cadencias,
envueltas en misterio, cómplices
de la magia que desprende
esta serena noche de septiembre.
© Sofía Barral. Enero 2005
No hay comentarios:
Publicar un comentario