Pasó el tiempo, ansioso,
por donde no lo esperabas,
ni yo lo esperaba.
Nos miramos, ausentes, sorprendidos,
supimos del golpe, del estrago
de ese viento de paso, sin palabras,
de la tierra desnuda,
avergonzada.
Luego calma de orillas
-en el centro rugía lo inevitable-
Ahí nos quedamos
bordeando tu una nada, yo otra nada.
Tú avanzabas, hablábamos,
nos saludamos
con un gesto adormecido de la mano.
Hicimos mímicas
fingiendo que vivíamos.
Yo quise alcanzarte pero estabas tan
lejos
y decías que no.
Tu cuerpo dividido
Decía al Tiempo: sí, sí…
Y no vi más,
más que al mundo impasible,
sarcástico,
mientras yo jugaba a salvarte
y a salvarme.
A cruzar una línea,
cuando tú sabías ya de paralelos.
Lourdes Cañellas Hamud
Lourdes Cañellas Hamud
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