Fotografía: Sofía B.
Tu eras dulce y salado.
Hallé en ti la dulzura
de los frutos salvajes
y la sal de tu mar,
en ocasiones bravo,
otras, sereno.
Derramabas pasión
y rabia contenida
por todas esas cosas
que no lograbas comprender.
Eras grillo del hogar,
y sueño de mis sueños.
Eras mil contradicciones,
la voz, el verso, el yugo
que venía a prender
a todos mis sentidos.
Eras amante, amigo,
inundando mi vida
de todos tus aromas,
e invitándome a arder
noche a noche en tu fuego.
Y fuiste primavera,
vestida de azul plumaje,
de verdes enredaderas
y al final, me hice otoño
en tus labios;
me hice invierno
entre tus brazos, hasta al fin,
irremediablemente,
morir de amor.
Sofia B. ©
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